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Nuestra Señora de Lourdes: Un Viaje de Sanación a Través del Encuentro
Formación
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11 feb 2025
La fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, celebrada el 11 de febrero, congrega a millones para reflexionar sobre las apariciones milagrosas de la Santísima Virgen María en Lourdes, Francia, y la profunda sanación—tanto espiritual como física—que continúa fluyendo de este lugar sagrado. Esta hermosa fiesta nos recuerda que la sanación llega a través del encuentro con Dios y la apertura de nuestros corazones a Su gracia.
La historia de Lourdes
En 1858, una humilde niña campesina de 14 años llamada Bernadette Soubirous experimentó una serie de apariciones de la Santísima Virgen María en una gruta cerca de su ciudad natal de Lourdes, Francia. En 18 apariciones, María se reveló a Bernadette como la "Inmaculada Concepción" y le dio una misión: orar por los pecadores, fomentar la penitencia y hacer construir una capilla en la gruta.
Durante una de estas apariciones, María dirigió a Bernadette a cavar en la tierra cerca de la gruta, donde apareció milagrosamente un manantial de agua. Este manantial se convirtió en una fuente de sanaciones milagrosas, con miles de personas experimentando curaciones físicas y espirituales después de beber o bañarse en sus aguas.
Las apariciones en Lourdes fueron oficialmente aprobadas por la Iglesia en 1862, y desde entonces, el lugar se ha convertido en uno de los santuarios marianos más visitados del mundo. Peregrinos de todo el globe llegan a Lourdes en busca de sanación, esperanza y renovación de la fe.
Sanación a través del encuentro
El mensaje de Lourdes es uno de sanación, no solo del cuerpo, sino también del corazón y el alma. Al presentar nuestras heridas—sean físicas, emocionales o espirituales—ante Dios, somos invitados a encontrarlo personalmente. La gracia de la sanación fluye de este encuentro, donde se nos recuerda que incluso nuestro dolor más profundo puede convertirse en una puerta a una mayor intimidad con Cristo.
Durante este tiempo de oración y reflexión, considera visitar tu capilla de Adoración local, rezar el rosario y contemplar cómo Dios desea sanar y restaurar tu vida. Que el ejemplo de Santa Bernardette te inspire a confiar en la misericordia y el amor del Señor.
Novena a Nuestra Señora de Lourdes

En preparación para esta hermosa fiesta, te invitamos a rezar la Novena a Nuestra Señora de Lourdes y pedir la intercesión de María en las áreas de tu vida que necesitan sanación.
Oración de la Novena a Nuestra Señora de Lourdes
Oh María Inmaculada, Nuestra Señora de Lourdes, virgen y madre, reina del cielo, elegida desde toda la eternidad para ser la Madre del Verbo Eterno y en virtud de este título preservada del pecado original, nos arrodillamos ante ti como lo hizo la pequeña Bernardette en Lourdes y oramos con la confianza de un niño en ti, para que al contemplar tu gloriosa aparición en Lourdes, mires con misericordia nuestra presente petición y asegures para nosotros una respuesta favorable a la solicitud por la que hacemos esta novena.
(Pausa para expresar tu intención.)
Oh Brillante estrella de pureza, María Inmaculada, Nuestra Señora de Lourdes, gloriosa en tu asunción, triunfante en tu coronación, muéstranos la misericordia de la Madre de Dios. Virgen María, Reina y Madre, sé nuestra confortación, esperanza, fortaleza y consuelo. Amén.
Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros.
Santa Bernardette, ruega por nosotros.
Reflexiona y deja que te inspire
La historia de Lourdes nos recuerda el deseo de Dios de acercarse a nosotros, sanarnos y transformar nuestras vidas. Mientras reflexionas sobre esta fiesta, considera dónde necesitas sanación e invita a Dios a trabajar en esas áreas.
Explora más sobre Nuestra Señora de Lourdes escuchando la lista de reproducción especial que hemos creado en la aplicación Tabella. Esta colección profundiza en la historia de las apariciones, la vida de Santa Bernardette y oraciones para buscar la intercesión de María.
Acérquemonos a Nuestra Señora, confiando en su amor y en el poder sanador de Dios. Que ella te guíe hacia la paz, la esperanza y la renovación que solo Cristo puede traer.




