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La Historia de Amor de Dios para Ti: Abrazando la Castidad y Confiando en Su Plan
Formación
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7 feb 2025
Cuando tenía 15 años, encontré mi camino de regreso a la Iglesia Católica. Mi familia era culturalmente católica, asistiendo a misa de forma esporádica, pero el Señor se acercó a mí de una manera profunda, llevándome a Su redil. Su tiempo fue perfecto. En medio de la turbulencia de la escuela secundaria, estaba lidiando con las grandes preguntas de la vida: sobre el significado, el amor y la identidad.
Mis padres siempre habían enfatizado la importancia de esperar hasta el matrimonio para la intimidad, pero la presión de grupo a mi alrededor me hizo cuestionar qué era verdadero. Afortunadamente, mi ministerio juvenil proporcionó un espacio donde estas afirmaciones culturales fueron abordadas de manera directa. Mi ministro juvenil nos aseguró que la Iglesia tenía respuestas: respuestas enraizadas en siglos de sabiduría.
Fue allí donde me presentaron a la virtud de la castidad. A través de ponentes como Jason Evert y Christopher West, comencé a aprender sobre las enseñanzas de la Iglesia sobre la identidad, la sexualidad y el amor. Estas verdades no eran restrictivas; eran liberadoras. Revelaron el diseño de Dios para el amor y las relaciones: hermoso, sacrificial y dador de vida.
Una noche en el grupo juvenil, se nos invitó a comenzar a orar por nuestro futuro cónyuge. El ponente compartió una historia conmovedora sobre su propio viaje de castidad y cómo, después de años de espera y luchas, su perseverancia fue recompensada. La noche antes de su boda, su prometida le presentó una caja llena de cartas que había escrito a su "futuro esposo" a lo largo de los años. Estas cartas contenían sus oraciones, alegrías y luchas, todas ofrecidas por el hombre que aún no había conocido.
Mientras las leía, notó que algunas de las fechas correspondían a momentos críticos de su propia vida. Tiempos de dificultad, tentación y duda fueron cubiertos en oración por su futura esposa, aunque en ese momento eran unos desconocidos. Esta realización profundizó su gratitud por la providencia de Dios y afirmó su decisión de casarse con ella.
Inspirada por esta historia, decidí hacer lo mismo. Durante 12 años, escribí cartas a mi futuro esposo y oré por él. Pero permíteme ser honesta: vivir la castidad no fue fácil.
La Lucha por la Castidad
El viaje no fue un cuento de hadas. Fue una batalla. Las tentaciones llegaron a menudo, y no me libré de momentos de fracaso. La confesión se convirtió en mi refugio mientras trabajaba para alinear mi corazón con la voluntad de Dios. Mis compañeros se burlaban de mí por ser una "puritana", y soporté momentos de soledad y desamor. Hubo veces en las que dudé si el hombre por el que oraba siquiera existía.
Pero a través de todo, Dios fue fiel. Usó esas luchas para fortalecerme y prepararme para algo más grande de lo que podría imaginar.
El Plan de Dios Revelado
Un día, cuando menos lo esperaba, asistí a una cena con el grupo de jóvenes adultos en mi parroquia. Esa noche, conocí al hombre que se convertiría en mi esposo. A medida que nos conocimos a través del cortejo, me di cuenta de que era todo lo que había orado—y más.
El día de mi boda, mientras caminaba por el pasillo, cada lágrima derramada, cada momento de soledad y cada insulto que soporté se desvanecieron. Los sacrificios que hice no fueron nada comparados con la alegría y la paz que sentí al acercarme al hombre que Dios había preparado para mí.
Confiando en la Historia de Amor de Dios
Dios tiene una historia de amor única escrita para cada uno de nosotros. Primero y ante todo, es una historia de Su amor por nuestras almas, llamándonos a una relación profunda con Él. Más allá de eso, tiene una vocación para cada uno de nosotros, una que nos llevará a la plenitud de vida para la que nuestros corazones fueron creados.
Para aquellos llamados al matrimonio, buscar la castidad es un regalo—no solo para tu futuro cónyuge, sino para ti mismo. Trae una seguridad y alegría que te empodera para vivir abundantemente y compartir esa alegría con tu futuro cónyuge.
No importa tu pasado, nunca es demasiado tarde para abrazar la castidad. Dios es el maestro de las segundas oportunidades, y Su misericordia es infinita. Abre tu corazón a Su guía, y Él te llevará a una vocación llena de propósito, paz y amor.
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Confía en Él. Ya está escribiendo tu historia de amor. ❤️

Con alegría,
Allie Moroney




